Nuestro enfoque está pensado para arrancar rápido, entregar valor pronto y adaptarnos sobre la marcha. No vendemos humo ni seguimos procesos rígidos: trabajamos en corto, con un flujo continuo y centrados en entregar y aprender lo antes posible. Siempre buscando un encaje real con el cliente y el producto.
Fases
1. Contacto Inicial
Cuando un cliente potencial nos contacta, nuestro primer objetivo es claro: entender bien sus necesidades y valorar si somos el equipo adecuado para ayudar.
Esta fase no tiene coste para el cliente. Y sí, a veces no hay encaje: puede que el producto no se ajuste a nuestro modelo, o que sea más adecuado otro tipo de colaboración. Si no hay match, no pasa nada.
Cuando sí lo hay, planteamos cómo dividir el proyecto en entregas cortas, priorizando una primera fase que aporte valor real, lo antes posible, en producción.
2. Arranque
Con un primer objetivo claro, definimos cómo llevarlo a cabo.
El foco está en entregar en 2-3 meses una versión funcional (ya sea un MVP o un segmento del producto) que se pueda lanzar, testear con usuarios reales y usar como base para aprender.
Los primeros pasos:
Cerrar un prototipo de baja fidelidad para alinear expectativas.
Pasar a diseño de alta fidelidad e implementación en paralelo (si ya está claro qué montar).
Montar desde el inicio la infraestructura y el despliegue automático, para que el cliente vea avances reales y podamos iterar con feedback continuo.
Dependiendo del tipo de proyecto, el diseño y la implementación pueden avanzar en paralelo, o ir intercalándose según necesidades.
3. Producción e iteración
Cuando esa primera parte está lista, la llevamos a producción.
Es ahí donde empieza lo más valioso: observar cómo lo usan los usuarios, aprender, ajustar y definir la siguiente fase. Es un proceso iterativo que, según el caso, puede solaparse con el diseño y desarrollo anterior.
En cada nueva iteración:
Replanteamos necesidades según lo aprendido.
Volvemos a prototipar y ejecutar sobre lo que tiene más impacto.
4. Mantenimiento y soporte
Una vez que el producto alcanza un estado de madurez, se puede pasar a una fase de mantenimiento y soporte, tanto correctiva como evolutiva.
También podemos incorporar progresivamente al equipo del cliente, transfiriendo conocimiento de forma natural, hasta que puedan asumir el desarrollo y mantenimiento por completo si así lo desean.
Recursos
No asignamos un equipo fijo al 100% desde el principio. En su lugar, ajustamos el equipo de diseño y desarrollo según la carga real en cada momento.
Así evitamos sobrecostes y trabajamos con un equipo más eficiente y enfocado.
Tiempos
Trabajamos con entregas cortas y realistas, pero también con flexibilidad.
A veces el cliente necesita repensar una parte del proyecto, desbloquear decisiones o redefinir prioridades. En esos casos, podemos bajar la carga de trabajo o pausar temporalmente, sin presionar ni forzar ritmos innecesarios.